Cauteruccio, quien había sido verdugo de Boca, tampoco perdonó a River. “Estoy en un muy buen momento”, dijo.
La cara visible del Cervecero. La figurita que ya no necesita presentación. Claro, porque los dos más grandes del país ya lo tienen bien presente. Ese es Martín Cauteruccio. El que en la primera fecha enloqueció a Schiavi y lo hizo a ir a buscarla adentro dos veces a Ustari. El que ayer aprovechó un rechazo defectuoso de Bottinelli para levantar a un Quilmes que venía barranca abajo. El demoledor de gigantes, que lidera la tabla de máximos anotadores junto a Scocco y a Borghello con seis tantos. El héroe, otra vez, del Sur. “Estoy en un muy buen momento y trato de aprovecharlo. Tenemos que seguir por este camino. Esta vez se nos dio, esperemos seguir así”, tiró el uruguayo que está con el pie caliente.
Y no sólo es top scorer del torneo, sino que además es fundamental para los de De Felippe, ya que convirtió más de la mitad de los goles de su equipo. El DT, más que agradecido con su siete bravo que con sus festejos acalló los cuestionamientos sobre su trabajo. “Salimos todos los partidos a ganar. No se nos venía dando. A mí me tranquiliza, a la gente la tranquiliza. Pero no nos podemos quedar con este partido”, avisó el punta, que en la previa padeció una molestia en el aductor derecho que le impidió terminar el partido. No hizo falta, sus compañeros supieron defender la ventaja que él les dio. Por eso, para Caute, “la felicidad es enorme”. No es para menos...
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